Marrakech, el mercado de Marruecos

Publicado en miércoles, 10 de septiembre de 2008 por Davicine

Ssalamu 'lekum será lo primero que oigais al llegar a Marruecos. Tras un viaje de 2 horas la gente os recibirá con un coordial Hola que será la nota predominante de todo un viaje en el que nos cautivaran los zocos, las callejuelas donde perderte, el color rojo de la ciudad y su gente, gente abierta al turismo que hará lo posible por ayudarte y por ganar algún dinero.

La ciudad de Marrakech te preparara para vivir a toda velocidad. A pesar de predominar los burros y las vespas en esta ciudad todo sucede deprisa, como si en Formula 1 se moviera todo el mundo, pendientes de recibir al turista, de ofrecerle sus productos, de mostrarle sus serpientes u ofrecerte un zumo de naranja natural en plena calle.

En toda visita a esta ciudad, por muy corta que sea, se debe visitar la plaza Djemaa el-Fna, lo que se ha considerado "el mayor espectáculo del mundo". Un espectáculo que arranca a las 9 de la mañana, cuando comienzan a situarse en sus puestos los vendedores de zumos, los artistas de los tatuajes de henna, los encantadores de serpientes y los vendedores de todo aquello que te puedas imaginar, incluso vendedores de agua que surgen en la plaza como si nadie conociera el agua mineral, cosa recomendable en esta ciudad. En esta misma plaza, según anochece comienza a cambiar el ambiente, surgen los puestos d ecomida que humean y huelen a todo tipo de alimentos, empiezan a contar sus historias los cuentacuentos y los bailarines y personajes de ensueño comienzan a brotar en busca de las miradas, no solo de los turistas sino de todos aquellos que esten dispuestos a colaborar en sus atracciones.

De esta plaza podemos comenzar a perdernos por los zocos, lo cual a simple vista parecería absurdo, pero no hay nada mas agradable que perderte en sus mercados cubiertos, pues si esto no te sucede, no puedes decir que has estado en Marrakech. Debes disfrutar del espectaculo, ver como trabajan los artesanos que se reunen en estas calles, las cuales se distinguen según los productos que vendan, así, nos encontramos con el zoco de la madera, el zoco de los herreros, donde veremos como se transforman productos inutiles en lamparas de las mil y una noches. Mención especial merecen los zocos de los tintoreros, con las lanas colgadas a secar en contraste con las paredes rojas de la ciudad. Aunque no se nos debe olvidar comprar unas babuchas en el zoco Smata y el zoco del cuero. Comprar se hace agradable, pues te puedes hacer entender en cualquier idioma, pues lo unico que cuenta es la voluntad de hacerte entender y comprar, que es lo mas importante. Cualquier cosa que digas podrá ser usada en tu contra, pues si eres de Barcelona, te dirán Forza Barcelona, y si eres de Madrid conseguiras con suerte que te digan Aupa Atleti. Todo lo que sepan de tu pais lo emplearan para camelarte y lograr que compres.
Es muy probable que se te ofrezcan guias para los zocos,pero perderias el encanto de perderte, auqneu nunca está de mas llevar uno, sobre todo para evitar que te atosiguen los demas para que adquieras sus servicios.
Si logras salir de aqui con menos de 7 bolsas, con algunas babuchas de recuerdo, algun puff multicolor y complementos para la casa tanto en hierro como en madera, has cumplido un objetivo del viaje.
La visita a los zocos recomendamos hacerla en varios dias y en pequeñas dosis para comprara precios, pero sin preguntar, pues en el momento que preguntes un precio, mostraras interes, y auqnue ver es gratis, preguntar puede llevarte a acabar comrpando cualquier objeto. Siempre recuerda ofrecer un tercio de lo que te piden para sacarlo a buen precio, o mantenerte firme en lo que ofreces, y si tienes suerte, llevartelo contigo.

Tras la primera visita deberemos coger fuerzas con un zumo de naranja de la plaza, y recordad pedirlo natural, pues si lo peids fresquito, os lo darán mezclado con agua fría, y nunca se sabe de donde proviene.
Tambien podréis comer en cualquier de los restaurante que por un móduico precio, aunque por encimo a de lo habitual en Marruecos, podréis tomar un Tabulé o un tajin desde una terraza y contemplar la jauría de gente que se mueve por Djemaa ElFna. Y como recomendación de la casa, llevad vuestros cubiertos o comed con pan, pues la higiene en los restaurantes, por muy buenos que sean, es bastante escasa.

Ahora que dejamos las bolsas de las compras en el hotel o riad nos dirigiremos a hacer turismo por la ciudad, pues no solo se vive de compras.
La visita principal de Marrakech es la Alminar de Koutoubia, donde 5 veces al día se oye el adhan u oración. El minarete sirve de inspiración para los muecines del lugar, y de ella se ha inspirado nuestra celebre Giralda de Sevilla. Se puede alcanzar a ver desde casi cualquier parte de la icudad, por la noche nos sirve de punto de referencia para localizar el interior de la Medina. Arcos entrelazados, almenas en punta y una armonía increible es lo que nos ofrece este monumento que actualmente no se puede visitar pero podremos pasear por sus jardines públicos.
De ahí nos dirigiremos a el Palacio de la Bahía. Decoración que se podrá admirar de suelo a techo por el módico precio de 10 dirhams (1 euro mas o menos) que cuesta la entrada. Perfectamente cuidado, evocando nuestros mejores patios andaluces, podremos disfrutar de la mezcla de colores y los increibles tallados en los techos que es lo mas impactante de este monumento. Un dolor de cuello de apreciarlo te sobrecogerá al finalizar la visita. Podremos visitar el haren y la Corte de Honor, entre otros, de este palacio donde Madani el Glaoui recibia a sus amigos y torturaba enemigos en el año 1909.


Saliendo del palacio dirigiremos nuestros pasos entre bicicletas, burros y motos hasta llegar a Dar Si Said, muy cerca, en la misma calle practicamente, donde podemos ver como lo importante no era la prisa en su contrucción, sino los acabados y detalles que dejó Si Said le hicieran sus maestros artesanos, y se nota. Desde el moemnto que entras e encuentras en lo que podemos llavar "la maravilla de la ostentación". Una camara nupcial impresionante es lo que nos encontramos, entre otras habitaciones, la elegancia que caracteriza todo este monumento. Dentro del propio palacio encontramos un museo donde podremos apreciar el arte del sur de Marruecos, con mención especial los puñales con incrustaciones.

Tras estas visitas deberiamos hacer un descanso y disfrutar de un festín típico marroquí. Allí es típico cenar con un diffa o banquete. Debe constar entre tres y cinco platos elaborados en el momento, con entrantes que seran ensaladas calientes, seguidas de hojaldres. Detras nos vendrá la carne asada a fuego lento y condimentada con smen. Un poco de couscous no debe faltar para terminar con el postre de crema y almendras típico, ...

Lo que tenemos claro es que estos banquetes nos pueden dejar rotos, y sin poder movernos para llegar a nuestro alojamiento, asi que tambien podeis optar por cenar en cualquiera de los mini restaurantes que llenan las aceras de cualquier calle, pero tened cuidado y prestad a tención a la higiene, pues muchas veces carece por su ausencia.

Si lo que necesitais es sentiros un poco mas en Occidente podréis acercaros a la plaza de la Libertad, pues entre esta plaza y la Plaza 16 de Noviembre encontrareis todo tipo de restaurantes de comida rapida, desde McDonlads, Pizza Hut hasta restaurantes chic donde podreis comer por poco dinero comida recien salida de la cocina y con un servicio rápido y limpio... sobre todo agradecido por los turistas... Aquí todo tipo de comercio se entremezcla para ofrecer al turista aquello que venía buscando o lo que necesita en cada momento... pero no olvidemos lo que hemos venido a hacer a Marruecos, que es vivir unos días de fraternidad oriental.

Tras todas estas aventuras, quizás estemos cansados y el último día no podamos levantarnos de la cama o tener fuerzas para adentrarnos en los zocos. Entonces es el mometno de levantarnos tarde, pasear hasta el Jardín Majorelle o llos jardines del Palacio Real, disfrutar del frescor que se respira en este paraje y ovidarnos del bullicio. Podremos pasear hasta la Plaza de Ferblantier para poder comer un pan recien horneado o buscar un sabroso batido helado o milkshake que podreis encontrar con especial gusto cerca de Djemaa el-Fna. Si necesitais ayuda o buscar cualquier ocsa encontraréis unos jardines a la entrada de la zona antigua, el CyberPark donde ponen a vuestra disposición ordenadores táctiles gratuitos con conexión a internet, e internet wifi para que puedas ir con tu portatil o PDA a navegar gratis.

Como veis un país lleno de contrastes, donde las culturas milenarias se mezclan con el ciberespacio, donde las compras te llevarán a conocer parajes insospechados e imaginarios de las mil y una noches que te llevarán de lleno a través de sus aromas a un mundo paradisíaco donde aislarte del mundanal ruido que te rodea...

Recordad, la frase mas útil para vuestro viaje será Bsh-hal? (¿Cuánto cuesta?)

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